El sitio es atractivo para los que gustan de caminar o disfrutan el montañísmo, pues se emprende una caminata para llegar a la cúspide de la montaña partida, justo a uno de los extremos de las rocas divididas, la escalada es de varios minutos y los administradores del lugar han hecho rutas seguras con objetos donde agarrarse para los visitantes que desean emprender la aventura sin arriesgarse a caer al vacío.
En el parque hay algunos guías que reciben a cada turista y por un precio simbólico los dejan pasar e introducirse en La Puerta del Diablo. Aquellos cuya condición física no es óptima pueden descansar a lo largo del recorrido y es recomendable llevar abundante agua para evitar deshidratarse mientras se escala.
En varios puntos del recorrido hay tirolentas para practicar el deporte extremo conocido como canopy y también se pude practicar el rapel, toda una aventura para los visitantes extremos.
A la entrada del sitio turístico hay un amplio parqueo, además de decenas de puestos de comida típica salvadoreña que te permitirán ponerle un mayor sabor al viaje.A escasos kilómetros se encuentra El Parque Balboa y Los Planes de Renderos, donde además se puede disfrutar de una variada gastronomía y preciosas vistas, sobre todo en las noches.
El denomino que se enamoró de una plebeya
La leyenda que envuelve el nombre del parque turístico La Puerta del Diablo es sorprendente, pues relata que un solitario hacendado dueño de casi todo el territorio que ahora se ubica en Los Planes de Renderos, muy cerca del cerro El Chulo, se enamoró de una linda doncella que residía en su territorio.
El hombre que siempre vestía de negro y montaba justamente un corcel del mismo color, visitaba religiosamente a la bella mujer durante las noches, pero ella nunca le correspondió en sus pretensiones.
Cierto día al sentirse frustrado al no poder poseer a la joven a pesar de tener todo lo material que quería, decidió raptar a la jovencita, los hombres del pueblo al ver lo que ocurría decidieron perseguir al hombre de negro que al llegar al cerro y al sentirse acorralado saltó en su corcel y partió el cerro en dos enorme rocas, dejando un agujero enorme que hasta hoy es conocida como La Puerta del Diablo, pues el evento fue considerado por los pobladores como un escape que sólo el diablo podría haber hecho.
Desde ese entonces el lugar es conocido con ese nombre, y aunque recientemente los diputados salvadoreños querían cambiar el nombre a la puerta de Jesús la cultura e historia que envuelve el lugar llevó a mantener el nombre que tiene una historia mágica de la mitología salvadoreña.
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